Probamos el C Evolution, el maxiscooter eléctrico de BMW Motorrad

No siempre se tiene la oportunidad de probar un modelo tan revolucionario como el BMW C Evolution eléctrico que todavía no ha salido al mercado. Por eso, cuando la marca alemana nos ofreció hacerlo en los BMW Motorrad Days en Garmisch, agradecimos la gentileza con un rotundo sí. La prueba fue un cúmulo de sensaciones, porque rodar con un maxiscooter que no hace ruido, que no consume ni contamina y sintiendo el placer de conducir, es algo de difícil descripción.

Cuando me dirigía hacia el C Evolution, el maxiscooter totalmente eléctrico de BMW Motorrad que me estaba aguardando, me mantenía expectante como un adolescente al que regalan una moto nueva y desconocida. Eran muchos los interrogantes que me asaltaban: ¿Cómo reaccionaría la moto al acelerarla? ¿Cómo sería su comportamiento? ¿Y su estabilidad? ¿Se movería igual de bien que los C 600 Sport y C 650 GT ya probados en otras ocasiones? Preguntas todas ellas lógicas y justificadas, pues el C Evolution no es una moto más, es un nuevo concepto, un cambio de tecnología y, por lo tanto, de mentalidad. Algo nunca visto en BMW Motorrad, el futuro tal vez, el camino a seguir en el que la marca alemana ha echado a andar y que otros, a buen seguro, no tardarán en seguir sus pasos. Iba a probar pues un maxiscooter eléctrico que no hace ruido, que no gasta nada, sólo la electricidad que almacena al conectarlo a una toma de corriente; un vehículo que no emite partículas nocivas a la atmósfera, y, por lo tanto, no contamina, ¡genial!

Sin embargo, debo reconocer que tenía cierto escepticismo. Mi pasión por todo vehículo que huela a gasolina es total y absoluta. Vengo de una generación en la que los propulsores sólo podían ser de combustión, asombrándome ante cada avance tecnológico en el mundo del motor, ya tuviera dos o cuatro ruedas, que nos acercaba a la competición, máxima expresión del progreso y la perfección. Pero siempre con la gasolina como elemento imprescindible e irrenunciable, pues no me cabía en la cabeza que pudiera haber otra forma de mover nuestros sueños de explosión. El gasóleo, tal como lo conocemos ahora, vino después, porque al principio sólo lo utilizaban taxis y camiones que apenas se movían.

Volviendo a lo que nos ocupa, las motos, su evolución y perfección han sido tan meteóricas, que tenemos en el mercado modelos con ABS, control de tracción (ASC), ajuste electrónico de la suspensión (ESA), programas de motor, etc, elementos de seguridad de los que BMW Motorrad es pionero. Pero en todos esos avances, lo que no ha cambiado ha sido el motor, que sigue siendo de combustión, con grandes adelantos y progresos, cierto, pero con la gasolina como base para moverlo.

Con ese bagaje y curriculum, me subí al C Evolution, presto a probar lo que sin duda será el futuro inmediato, pero con el pensamiento puesto en los motores de combustión de las motos y, en este caso concreto, de los C de gasolina, por ser la referencia.

El C Evolution, que comenzó a tomar vida en 2010, no puede negar su procedencia, y no lo digo por el logotipo de BMW Motorrad que luce a ambos lados, que también, sino por la estética que luce y que está a caballo entre el GT y el Sport. Al darle al contacto, se enciende el cuadro frontal cuya pantalla digital nos informa de la velocidad que llevamos, la carga de la batería, así como la recarga de la misma (cada vez que desaceleramos, ésta recobra energía gracias a un sistema inteligente de recuperación), los voltios (entre 100 y 150), el contador parcial y total de los kilómetros recorridos, reloj y temperatura exterior.

El maxiscooter está encendido, pero el silencio es total. Acelero y… ¡se mueve! Sí, vale, parezco un chaval con zapatos nuevos, pero es que me resulta sorprendente que este elogiable maxiscooter tenga vida sin que el sonido aparezca por ningún lado.

El magnífico ingenio de BMW Motorrad está dotado de un motor eléctrico de hasta 47 CV (35 kW). Su velocidad máxima está limitada a 120 km/h. La batería de alto voltaje que alimenta el propulsor tiene 8 kWh. Su innovador sistema de refrigeración le permite una autonomía de hasta 100 km, lo que asegura un uso ciudadano diario y también por el extrarradio de las grandes urbes. Al contar con el sistema inteligente de recuperación, que funciona al desacelerar y en las operaciones de frenado (la energía cinética se transforma en eléctrica), el vaciado de la batería se retrasa entre un 10 y un 15%, lo que alarga la necesidad de conectar el sistema a una toma de corriente para su recarga, procedimiento menor a tres horas.

El comportamiento del C Evolution es magnífico, tanto que en seguida da confianza. Gira, frena y curvea también como sus hermanos de gama (de hecho, los tres maxiscooter comparten iguales características, al menos en maniobrabilidad, funcionalidad y dinamismo) y lo hace con resolución, desparpajo y eficiencia. El puesto de conducción es como el Sport. Vas erguido y algo elevado, no cargando brazos ni espalda, maniobrando con gran control y confort. Ya hemos dicho que el motor no se oye, pero sí hay un ligero rumor mecánico y como una pequeña sirena, pero muy poco perceptible, tanto que desde fuera no se oye.

Lo mejor, sin duda, la aceleración. Al roscar el puño del gas, empuja desde abajo, pues el par lo tiene prácticamente desde cero, transmitiendo una sensación de inmediatez, rapidez y velocidad, virtud que nos permite sortear cualquier situación complicada que se produzca en nuestro deambular por la ciudad. Y todo eso lo hace en silencio, y lo repito nuevamente porque la ausencia prácticamente de ruido es, efectivamente, algo que te deja descolocado, sobre todo para quien, como yo, andaba con motos a las que le colocaba un tubarro en cuanto podía.

El maxiscooter tiene unas medidas contenidas, lo que, unido a su bajo centro de gravedad, permite colarse por cualquier atasco, además de observar una gran estabilidad. Al contrario que los C de combustión, el eléctrico no tiene bastidor. Utiliza un sistema de materiales compuestos y muy resistentes a las fuerzas de flexión y que va unido a la carcasa de la batería de gran rigidez torsional. Cuenta con subchasis de tubos de acero y, al igual que sus hermanos de gama, el basculante es monobrazo. En movimiento, el vehículo se comporta de maravilla, obedeciendo las órdenes de su piloto, ya sea en maniobras lentas, en ciudad, o rápidas, en carretera de curvas, como, por ejemplo, la que tuve oportunidad de transitar, tomándolas a 80 km/h e inclinando sin temor, placer que sólo posibilita el maxiscooter (la moto en general), haciéndolo, además, en silencio, escuchando el viento y los sonidos provenientes de fuera, percepción novedosa y satisfactoria a la vez que resulta gratificante.

Me quedé con las ganas de hacer más y más kilómetros, pero agradezco a BMW Motorrad su amabilidad al permitirme probar el C Evolution, maxiscooter que, sin duda, no es ya el futuro, sino el inmediato presente (el probado es el modelo ya casi definitivo, que no tardará en comercializarse) para rodar en las ciudades, favoreciendo la movilidad sostenible y el aumento de la calidad de las mismas.

Por JMA

Más información en www.modernmovement.es

Un comentario en “Probamos el C Evolution, el maxiscooter eléctrico de BMW Motorrad

  1. después de seis años de tener las Vectrix en circulación se hace curioso leer un texto donde un profesional del sector admita que se siente descolocado por la ausencia de estruendo de un motor de combustión. El silvido que se aprecia (en la vieja Vectrix és más percibible) es todo lo que van a oir nuestros hijos en un futuro no muy lejano, mientras que los nostálgicos de la combustión deberemos guardar las botellas de gasolina precintadas en la bodega junto al vino añejo (cuyo precio también será parejo). Si BMW probó el propulsor de las Vectrix y no llegó a comercializarlo (existen videos en el tube) me muero por ver que han hecho con esta maxiscooter llamada a ser lider del sector. V’ssss

Responder a Alfred Bosch Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.