En la Puerta de Alcalá se celebró la exhibición de trampolín. Y hasta allí que nos fuimos, comprobando que la altura de los atletas es alegórica a la del BMW C 650 GT, pues sus numerosas capacidades le encumbran al reinado en la movilidad urbana. Una de esas virtudes es su admirable manejabilidad, pero hay muchas más.

Guillermo Palomino hizo una auténtica exhibición de saltos ante la mirada atónita de las numerosas personas allí congregadas, que vieron como el atleta casi superaba la altura de la Puerta de Alcalá. Hasta el emblemático monumento madrileño construido en 1778 nos desplazamos a lomos del C 650 GT, cuyo nivel, metafóricamente hablando, es tan elevado como el del gimnasta.

Guillermo Palomino, vuela cual Superman en la Puerta de Alcalá.

Con un motor bicilíndrico de 647 cc de 60 espectaculares CV y transmisión automática CVT, el GT es un magnífico vehículo para desplazarse por la ciudad. Su gran manejabilidad se debe al perfecto bastidor, fabricado en tubos de acero con elementos de aluminio que le da una gran rigidez y estabilidad, así como el perfecto reparto de pesos, que nos permite sortear atascos (había que ver cómo estaba Madrid el sábado de la cita, como si de un día laborable se tratara en permanente hora punta). Sin embargo, con el BMW todo es fácil, posibilitándonos llegar con precisión horaria, incluso para plasmar el saludo de las autoridades, con la alcaldesa Ana Botella a la cabeza.

Javier Bermejo, campeón de España de salto de altura.

Mientras contemplábamos las proezas de los saltadores, el C 650 GT se había ganado su presencia en tan magno evento por la rapidez y seguridad con las que nos trasladó al lugar para ser testigos de la manifestación deportiva que en siete años deberíamos disfrutarla in situ, pero ya como olímpica.

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De izq. a dcha: Las gimnastas Amelia Sánchez, Melania Rodríguez e Inés Paterna.